Hace más de 25 años comenzó en Deva -sobre las ruinas de la dictadura comunista rumana que estaba en camino hacia el derrumbe- el rescate de los niños hambrientos ofreciéndoles un almuerzo y una cena. Esto era el momento en el que el religioso franciscano, Csaba Böjte llegó a Deva. Primero acogieron -con sus compañeros- a una niña de 8 meses abandonada en una estación de tren. Desde entonces, cerca de seis mil niños han recibido educación religiosa, comida y albergue en uno de los hogares que se multiplicaron y poco a poco invadieron la región. Csaba Böjte estudiaba para ser electricista de automóviles. Con la muerte de su padre-poeta ha llegado un punto decisivo en su vida. Se presentó en secreto a la orden franciscana y fue ordenado sacerdote en 1989. Según el hermano Csaba "todos llegamos al mundo con una tarea y es importante que multipliquemos nuestros bienes y desarrollemos nuestros talentos en el mundo".

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